viernes, mayo 11, 2007

Meet... The Queen!

Ya terminó la visita de Estado de la Reina Isabel II de Inglaterra a los Estados Unidos y no deja de fascinarme ver cómo los americanos se portan como niñitos frente a la realeza británica. Obvio, pese a llenarse la boca hablando de meritocracia y de toda una retórica construida en base a ser la respuesta al imperio, todavía les tiemblan las rodillas frente a Su Majestad y se sienten inferiores.

El ejemplo de ello fue la metida de pata -bastante ligera, para su costumbre- de George W. Bush cuando dijo que la Reina había estado presente en la celebración del bicentenario de Estados Unidos en 17... creo que ella le sopló "wrong number!" y luego el otro hizo una pausa... dijo "me volteó a ver como una madre ve a su hijo" y entonces ya Bush dijo 1976. Oh, my God! La pobre mujer se ha de haber quejado con el marido... entre que tiene hijos mejores que éste (Eduardo, supongo), que fue una osadía esa aseveración y que mínimo ella no parece un travesti como Bárbara Bush.

Hay que leer el magnífico libro "Blood, Class and Empire" de Christopher Hitchens para ver cómo los americanos se sienten como los nuevos ricos frente a los ingleses (lo son). Sienten que el dinero y el poder no les ha conseguido experiencia, clase e historia.

Debo ser sincera y decir que la guerra de la independencia de Estados Unidos fue un rito de pasaje y que aquello es una relación de madre e hijo, tal como lo sintió George W. Bush. Los americanos nunca han dejado de admirar a los ingleses y los éstos, a su vez, ven con orgullo que sus cachorros han crecido bien. No es un secreto que esta Roma americana se nutre de los conocimientos y la experiencia de la vieja Grecia británica. Pero hay cosas que los separan: los ingleses reprimen sus emociones, los americanos no. Bush es un presidente sumamente emocional. Los ingleses son pragmáticos y los americanos tienen una mezcla de pragmatismo con idealismo (que no se pueden quitar). Al Imperio Británico nunca le molestó que sus colonias sintieran odio hacia Londres, lo aceptó como parte del trabajo y eso nunca causó ningún remordimiento. Los americanos quieren dominar al mundo y que encima todos los amemos. Con una ideología forjada a base de ser el anti-imperio, hoy que pueden ser uno, les cuesta verse y actuar como tal. Y eso tiene consecuencias para ellos y para nosotros.

martes, mayo 08, 2007

Allez, la France!

Pues ya está: los franceses estrenarán presidente el 16 de mayo. Y creo que me gusta el resultado. Francia lleva 12 años estancada en el plano económico y en el ideológico. Han estado viendo demasiado hacia el pasado y sin hacer nada por esforzarse y llevar la delantera.

Hace casi 28 años Gran Bretaña inició un proceso muy doloroso para sanear su economía y reactivar a su sociedad. Hubo muchos que pagaron los platos rotos de las duras reformas de Margaret Thatcher. Sin embargo, hoy por hoy Gran Bretaña es uno de los países más poderosos y su gente tiene un estilo de vida mejor que antes del período de la Dama de Hierro, cuya influencia ha perdurado y ha traspasado las líneas partidistas.

Mientras los ingleses sufrían los programas de Thatcher, los franceses se regocijaban en un sistema de 35 horas laborales y un sistema social que hoy es incompatible con la realidad. El desempleo es del 9%, pero entre los jóvenes menores de 24 años llega hasta el 25%. El sistema sigue basándose en una burocracia costosa y la élite política (como Segolene Royal) carece de mejores ideas porque todos vienen del mismo lugar y siguen el mismo camino, por lo que no están muy comprometidos con favorecer la movilidad social.

Lo que me gusta de Nicolás Sarkozy es que es un ejemplo de esta movilidad. Es hijo de un inmigrante húngaro y madre francesa que no tuvo la formación típica de la élite y que se ha ganado a pulso el lugar donde está. Cree en la meritocracia, no en los beneficios heredados por una élite de parásitos que hace "n" dejó de dar resultados, pero que sigue enquistada en base a nombres, apellidos y machacar con lo mismo.

Por cierto, es una lástima que los franceses no vencieran su machismo y que en la campaña se ensañaran con Segolene, incluso dentro de su mismo partido. La prensa se enfocó más en detalles superfluos que en resaltar sus propuestas y la calificó con mayor dureza que a sus contrincantes. Espero que Francia sea uno de los motores de la Unión Europea y que siga presentando una alternativa a Estados Unidos, pero que reconozca que a veces no tiene nada de malo coincidir (que es otra de las cosas que me gusta de Sarkozy).

lunes, mayo 07, 2007

Adiós a Boris Yeltsin

Boris Yeltsin murió el 23 de abril pasado. Era un hombre de contradicciones y podríamos decir que un líder más humano que aquellos enormes megalitos tipo Stalin o Lenin que en su tiempo fueron considerados -y adorados- como perfectos. El mismo hombre que salió a defender la democracia para exigir la liberación de Mikhail Gorbachov, que se enfrentó a los tanques y que dirigió a la gente que clamaba por "Gorby", luego le dio la estocada final. Recuerdo muy bien la imagen de Gorbachov dando un discurso ante el Politburó en el que lo interrumpió Yeltsin para obligarlo a firmar la independencia de la República Federada de Rusia -o algo así. Y con ello ocasionó el fin de la URSS.

Luego, el mismo gordito simpaticón que no se despeinaba nunca se convirtió en presidente de Rusia y acabó enfrentado con tanques y todo, con el Parlamento. Aún así, quedó con matiz de demócrata, y en cierto modo, una versión rusa del presidente teflón. Se zafó de los errores de cálculo que cometió al adjudicárselos a sus Primeros Ministros. En el lapso de 3 años tuvo 5 ó 6 Primeros Ministros. Él, que consiguió de manera pacífica la independencia de Rusia se la negó a sangre y fuego a Chechenia, en una guerra que sigue a la sombra de la prensa internacional.

Mientras se decía adalid de la democracia y sus valores, Boris Yeltsin entregó el país a los oligarcas. En un país donde hasta hace unos meses la gente ganaba un sueldo fijo, ¿cómo pudieron algunos tener dinero para comprar empresas paraestatales y luego volverse ultra-megamillonarios? Es pregunta.

Al final, Yeltsin se consiguió un retiro plácido al garantizarse impunidad para no ser investigado por la forma en que repartió las jugosas empresas de la URSS. El último Primer Ministro que nombró y que le salvó de la ignominia al vencer en Chechenia -según sus propios reportes- y en las elecciones internas, Vladimir Putin, acabó siendo más fuerte que el mismo Yeltsin y no sé si decir que lo destronó, pero fue el beneficiario de su retiro. El día del anuncio me llamó la atención que Yeltsin apareciera despeinado y con la ropa en desorden. Porque incluso el día que lo llevaron al hospital para hacerle su quintúple bypass, o una de las múltiples veces que le dio pulmonía, estaba impecablemente peinado y arreglado, con su sueter de cuello V en orden. En fin, parece ser que finalmente el alcoholismo le ganó la batalla. Descanse en paz, ¡salud!