martes, mayo 08, 2007

Allez, la France!

Pues ya está: los franceses estrenarán presidente el 16 de mayo. Y creo que me gusta el resultado. Francia lleva 12 años estancada en el plano económico y en el ideológico. Han estado viendo demasiado hacia el pasado y sin hacer nada por esforzarse y llevar la delantera.

Hace casi 28 años Gran Bretaña inició un proceso muy doloroso para sanear su economía y reactivar a su sociedad. Hubo muchos que pagaron los platos rotos de las duras reformas de Margaret Thatcher. Sin embargo, hoy por hoy Gran Bretaña es uno de los países más poderosos y su gente tiene un estilo de vida mejor que antes del período de la Dama de Hierro, cuya influencia ha perdurado y ha traspasado las líneas partidistas.

Mientras los ingleses sufrían los programas de Thatcher, los franceses se regocijaban en un sistema de 35 horas laborales y un sistema social que hoy es incompatible con la realidad. El desempleo es del 9%, pero entre los jóvenes menores de 24 años llega hasta el 25%. El sistema sigue basándose en una burocracia costosa y la élite política (como Segolene Royal) carece de mejores ideas porque todos vienen del mismo lugar y siguen el mismo camino, por lo que no están muy comprometidos con favorecer la movilidad social.

Lo que me gusta de Nicolás Sarkozy es que es un ejemplo de esta movilidad. Es hijo de un inmigrante húngaro y madre francesa que no tuvo la formación típica de la élite y que se ha ganado a pulso el lugar donde está. Cree en la meritocracia, no en los beneficios heredados por una élite de parásitos que hace "n" dejó de dar resultados, pero que sigue enquistada en base a nombres, apellidos y machacar con lo mismo.

Por cierto, es una lástima que los franceses no vencieran su machismo y que en la campaña se ensañaran con Segolene, incluso dentro de su mismo partido. La prensa se enfocó más en detalles superfluos que en resaltar sus propuestas y la calificó con mayor dureza que a sus contrincantes. Espero que Francia sea uno de los motores de la Unión Europea y que siga presentando una alternativa a Estados Unidos, pero que reconozca que a veces no tiene nada de malo coincidir (que es otra de las cosas que me gusta de Sarkozy).

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